Así es amigos… todo un secreto, para que todo salga «rodado» y no perder la cabeza ni el presupuesto…
Hoy quiero compartir con vosotros un poco de mi trabajo, que desde fuera puede parecer una cosa de pura creatividad y acción, pero que en realidad requiere mucha concentración y, sobre todo, organización. Soy una apasionada de mi trabajo y disfruto creando historias visuales en mi día a día. Sin embargo, aunque me encanta lo que hago, hay algo que a menudo se olvida cuando hablamos de producción audiovisual: el precio.
Así que hoy quiero hablaros de cómo abordo cada proyecto y por qué es tan importante no perder de vista los recursos, tanto económicos como técnicos, cuando empezamos a soñar con ese vídeo perfecto.
Cada historia necesita un tono
Cuando me piden que realice un audiovisual, lo primero que me pregunto es: ¿en qué tono vamos a contar esta historia? Porque sí, aunque se trate de un vídeo corporativo, hay que contar una historia. Puede que no haya diálogos, puede que no haya un narrador, pero tiene que haber un hilo conductor, una coherencia que le dé sentido a todo lo que se muestra. Recuerdo que un profesor en la universidad nos decía: “Si bajas el volumen de una película y sigues entendiendo de qué va, es que el director hizo bien su trabajo”. ¡Qué razón tenía! Ahí comienza el verdadero reto: hacer que las imágenes hablen por sí solas.
Conociendo al público y definiendo el objetivo
Antes de empezar a trabajar, debemos tener claro a quién va dirigido el mensaje y qué queremos lograr con él. No es lo mismo dirigirse a un grupo de jóvenes interesados en tecnología que a una audiencia de profesionales buscando formación. Y mucho menos lo es un vídeo pensado para generar emociones frente a uno que busca informar. Esta es la base para construir el proyecto. Una vez definido el público y el objetivo, podemos poner en marcha la maquinaria creativa. Pero aquí viene el detalle que muchos olvidan: uno puede tener una imaginación desbordante, pero hay que ser coherente con los recursos con los que contamos.
Los sueños de «Juego de Tronos» y la realidad del presupuesto
Aquí es donde nos toca aterrizar. ¿Podemos hacer un “Juego de Tronos”? Por supuesto, siempre y cuando contemos con millones para producción. Pero si nuestro presupuesto es ajustado, es hora de ser creativos con lo que tenemos. Esto incluye localizaciones, vestuario, equipos técnicos como grúas, iluminación, ¡todo! Porque, aunque me encantaría tener dragones sobrevolando el set, si no hay presupuesto ni para un ventilador que simule el viento, hay que buscar otras formas de contar la historia con la misma calidad.
La preproducción: donde todo comienza
Este es, sin duda, el momento más importante de cualquier producción. Aquí planificamos cada detalle. Desde el guion, adaptado a lo que realmente podemos lograr, hasta la elección de las localizaciones y el momento del día en que vamos a grabar para aprovechar la luz natural. Pero hay algo aún más crucial: Los Planos y la escaleta.
Planos de cámara y Story Board : clave para el éxito
Cuando todo esto está claro, llega el momento de pensar en los planos. ¿Cuántas tomas necesitamos? ¿Dónde irá la cámara en cada escena? Aquí es donde suelo hacer mis famosos dibujos. Me gusta dibujar las plantas de cámara y los encuadres de cada toma. Una especie de mapa para que todo el equipo sepa exactamente qué quiero y cómo quiero cada toma. Estos «dibujitos» me han salvado en más de una ocasión de cometer errores que luego, en la postproducción, serían muy difíciles de arreglar.
La escaleta: el mapa de nuestra historia
Una escaleta bien definida es esencial para garantizar que la grabación se realice de manera eficiente. Esta herramienta nos permite detallar la continuidad y los tiempos de cada plano. ¿Por qué es tan importante? Porque, aunque la historia se cuenta de manera lineal, las grabaciones rara vez siguen ese orden. A menudo se graban primero todas las escenas en una misma localización o con un mismo personaje, y luego se ordenan en postproducción. Por eso, la escaleta debe estar tan bien detallada que cualquier miembro del equipo sepa exactamente qué estamos grabando, en qué momento del guion se encuentra esa toma y qué planos necesitamos para que todo encaje en la edición.
Con una escaleta clara y precisa, podemos optimizar el tiempo de grabación y evitar pérdidas innecesarias. Además, esto facilita el trabajo del montador, quien, al recibir el material, sabrá exactamente qué plano corresponde a cada momento de la historia. Esto no solo agiliza la postproducción, sino que evita errores como saltos de eje, problemas de continuidad o, peor aún, tener que sacrificar tomas porque no encajan en el montaje final.
La importancia del equipo y la comunicación
Trabajar en equipo es clave. Cada persona debe entender perfectamente cuál es el objetivo, y mi labor como directora es comunicarlo de la forma más clara posible. Durante el rodaje no hay tiempo que perder, así que todo tiene que estar organizado de antemano. Y aquí, el control es esencial. No se trata de ser una jefa mandona, sino de saber exactamente lo que se quiere para que todo salga bien. Si todo el mundo sabe cuál es su papel, el rodaje fluye y la magia empieza a suceder.
Dejarse asesorar y confiar en los profesionales
La preproducción es donde se define el éxito o el fracaso de un proyecto. Por eso, quiero hacer un llamamiento a quienes solicitan productos audiovisuales: dejaros asesorar por los profesionales. Dadnos tiempo para pensar, para planificar y para crear algo de lo que todos podamos sentirnos orgullosos. Con recursos adecuados y tiempo suficiente, todo brilla.
En resumen, crear un buen audiovisual no es solo cuestión de tener una idea genial. Es cuestión de saber hasta dónde se puede llegar con lo que se tiene y, sobre todo, de planificar cada detalle. Porque, aunque el producto final pueda parecer magia, detrás de cada toma hay mucho trabajo, organización y un equipo que se deja la piel para que esa historia llegue al corazón de quienes la ven.
Así que la próxima vez que penséis en un vídeo, recordad que no solo estáis comprando imágenes, sino también el tiempo, la pasión y el esfuerzo de todo un equipo que quiere contar una historia inolvidable.